EVOLUCIÓN
POLÍTICA DE LOS AUSTRIAS
La
política matrimonial de los Reyes Católicos tuvo, como consecuencia
más importante, la instauración de la dinastía austriaca de los
Habsburgo en España. El matrimonio entre Felipe “el Hermoso” de
Hasburgo y Juana “la Loca” de Castilla, tuvo varios hijos, el
mayor de los cuales, el futuro emperador Carlos, se convirtió en el
heredero de ambas coronas y de uno de los mayores imperios de todos
los tiempos.
“Austrias
Mayores”
Tras
la unificación política y religiosa de los Reyes Católicos, la
muerte de Isabel en 1504 puso en peligro la unidad. Sin embargo, la
incapacidad de Juana la loca para gobernar, la muerte prematura de
Felipe “el Hermoso” (que gobernó entre 1504-6) y el hecho que
Fernando no tuviese más hijos con su nueva esposa Germana de Foix,
permitió que la corona cayese en manos del nieto de los Reyes
Católicos, Carlos I. En espera del cumplimiento de la mayoría de
edad del príncipe heredero se establecieron la regencia del Cardenal
Cisneros (1506-7), la regencia de Fernando de Aragón (1507-16),
periodo caracterizado por la diplomacia exterior y la anexión de
Navarra en 1512, y de nuevo la regencia de Cisneros (1516), periodo
caracterizado por un aumento de la presión nobiliar.
Carlos
I (1516 – 1556) “Imperio Universal”.
Nacido
en Gante en 1500, su
llegada
al poder estaría condicionada por la extensa herencia que recibe
por parte de:
- su abuelo paterno Maximiliano de Habsburgo, Tirol, Austria y la parte sur de la Alemania con opción de heredar el imperio;
- de su abuela María de Borgoña, hereda los Países Bajos, Flandes, Franco Condado y Charolais;
- de su abuelo materno Fernando “el Católico”, la corona de Aragón con sus posesiones Mediterráneas (Nápoles “dos sicilias”) y norteafricanas (Orán, Bujía y Trípoli).
- y de su abuela, Isabel “la Católica”, la corona de Castilla con sus posesiones en las islas Canarias y en América.
Política
Interior:
Su
política
interior estuvo marcada por aspectos como su desconocimiento del
idioma o la incorporación de su corte borgoñona, pero sobre todo
su objetivo de convocar cortes con el único propósito de conseguir
dinero para alcanzar su nombramiento como emperador alemán.
Estos
provocarán diferentes revueltas como:
Las
Comunidades (1520-22),
que se
inició al ser asesinado el procurador a Cortes Rodrigo de
Tordesillas, por haber traicionado los intereses de la ciudad
postrándose a los intereses del rey.
Sus
líderes crearon la “Junta Santa de Ávila” pero Adriano de
Utrecht respondió con energía y las tropas imperiales derrotaron a
los comuneros en Villalar (1521). Sus líderes Bravo, Padilla y
Maldonado fueron ejecutados.
Las
Germanías
de Valencia (1519-22) fue producto del enfrentamiento en la ciudad
entre los menestrales, liderados por Lorenzo, Sorolla y Peris, y la
nobleza. La creación de la “Junta de los Trece” y los disturbios
se extendieron por el reino, pero la llegada de las tropas reales
dirigidas por la Virreina, Germana de Foix, acabó con una terrible
represión.
Semejante
situación ocurrió en Mallorca (1520-23), donde germanías de
menestrales y foráneos, liderados por Joanot Colom, asaltaron la
ciudad de Palma, tomando por la fuerza el Castillo de Bellver y
matando a sus caballeros. La flota real intentó negociar, pero los
agermanados se negaron y la ciudad de Palma fue tomada a la fuerza
por las tropas imperiales.
De
otro modo, ante el problema morisco (falsos conversos) promulgó la
Pragmática
de 1518,
que prohibía sus ritos y costumbres.
La
política exterior:
Tiene
como líneas principales:
-
la
conquista
de América,
protagonizada por Hernán
Cortés en México entre 1519 y 1522, tras derrotar a los aztecas de
Moctezuma en la batalla de Otumba en 1520; y por Francisco Pizarro en
Perú entre 1531 y 1533, al derrotar a los incas de Atahualpa y
capturar a este como prisionero en Cajamarca en 1532.
-
sus cinco
guerras
contra
la
Francia de Francisco I:
Los
motivos de hostilidad con este país se veían favorecidos por la
enemistad personal entre reyes (por la elección imperial),
cuestiones territoriales pendientes (herencia de María de Borgoña,
incorporación de Navarra a Castilla, la rivalidad franco-aragonesa
en Italia).
PRIMERA
GUERRA (1520-1526):
Aprovechando la sublevación de las Comunidades y con el pretexto de
defender los derechos sobre Navarra del príncipe de Bearne,
Francisco I invade este lado de los Pirineos. El conflicto se
extendió a Italia. Los imperiales vencieron en Bicoca, pero
Francisco I reacciona y recupera Milán en 1524. Los españoles
vencen en Pavía en 1525 y Francisco I es hecho prisionero y
trasladado a Madrid. Allí se firma el
tratado de Madrid que
el monarca francés, una vez liberado, no cumplió.
SEGUNDA
GUERRA (1526-1529):
Como el triunfo de Carlos fue demasiado rotundo, aparecieron recelos
por doquier y se formó la Liga
Clementina o
de Cognac
(Francia,
Venecia, Florencia, Milán y el papa Clemente VII, liga a la que
promete ayuda Enrique VIII de Inglaterra). Tampoco en esta ocasión
los franceses saldrán adelante con sus planes. Aquí tiene lugar el
saco
de Roma (1527)
por Carlos V como venganza. La paz que se firma en 1529 se denominó
paz
de Cambray o
de
las Damas.
TERCERA
GUERRA (1536-37):
Carece de importancia y se limita a una serie de escaramuzas que
terminan con la
tregua
de Niza.
CUARTA
GUERRA (1543-44):
En la que los éxitos iniciales franceses son contrarrestados por
Carlos con la invasión de Francia que llegó a dos jornadas de
París. Inesperadamente se firmó la
paz
de Crepy.
-
su cruzada contra el islam.
Tras
su coronación imperial en Bolonia por el papa Clemente VII en 1530,
Carlos V se presentará como paladín o defensor de la cristiandad.
Los
turcos otomanos amenazaban Europa Oriental y el Mediterráneo y en
1526, Solimán “el Magnífico” atacó Hungría venciendo en la
batalla de Mohacs y después sitió Viena
entre 1529 y 1532. Tras levantar este asedio, Carlos V también
luchará contra los piratas berberiscos liderados por el corsario
Barbarroja (vasallo de Solimán y muchas veces apoyado por Francisco
I) en Orán y la Goleta, conquistando Túnez (1535) y organizando
otra expedición contra Argel en 1541 que acabará en derrota,
-
la
Reforma Protestante.
Al
publicar Lutero sus 95 tesis en la iglesia de Wittenberg en 1517,
Carlos V tuvo que iniciar la lucha contra los príncipes protestantes
en el
Imperio Alemán.
En
1530 el emperador convocó la Dieta de Augsburgo para evitar la
escisión religiosa pero la respuesta fue la formación de la Liga
Esmalcalda (1531) liderada por Felipe de Hesse y ayudada por Francia,
Inglaterra y Dinamarca.
En
este difícil contexto, Carlos V procedería a la convocatoria del
Concilio
de Trento
(1545-63) para luchar contra el luteranismo mediante la
Contrarreforma Católica.
Su
idea imperial
estaba influida por M.
Gattinara,
en la
“Universitas
Christiana”,
es decir, el concepto medieval que unía al Papa y al Emperador en un
intento de unir a toda la cristiandad.
Sin
embargo, aunque Carlos venció a la Liga en la batalla de Mühlberg
(1547) fueron sus discrepancias con el papa Paulo III en el Interim
de Augsburgo, lo que haría el problema aún mayor.
Los
protestantes, liderados posteriormente por Mauricio de Sajonia se
unieron con Enrique II de Francia en el Tratado de Chambord (1552)
contra el emperador en lo que fue la quinta guerra con Francia y la
segunda contra la liga de Smalkalda (1552-1556), que terminaría en
la tregua
de Vaucelles (1556),
por la que los contendientes conservarían sus conquistas. Un año
antes, en la Paz de Augsburgo se consagraría la separación
religiosa de Alemania con el famoso “Cuius regio, eius religio”.
-
El
Luteranismo entró en
los
Países
Bajos
desde 1518, y desembocó en una violenta revuelta
en Gante (1539).
En 1552 la situación religiosa y política hacía temer la pérdida
de la herencia borgoñona por lo que se intentó paliar mediante la
alianza con Inglaterra que incluía el matrimonio del heredero
Felipe con María Tudor, garantizando el control del Canal de la
Mancha.
El
fin del Imperio de Carlos V
tiene lugar al abdicar este en 1556
y
retirarse al monasterio de Yuste (Cáceres), con lo que procedería
al reparto de sus posesiones. El imperio alemán pasa
a su hermano Fernando
y el resto de los territorios son para su hijo Felipe.
Felipe
II (1556 – 1598)
“Imperio
Hispánico”
Se
caracteriza por recibir
íntegra la herencia de su padre, salvo la corona imperial alemana, y
a la que logrará unir Portugal en 1580, llegando al cénit del
enorme imperio colonial español que se resume con su frase
“En mis dominios, nunca se pone el Sol”.
Los
objetivos fundamentales de su política son la defensa de la unidad
católica y de la hegemonía española en el mundo. Pero sin embargo,
el monarca impulsa el aislamiento cultural al prohibir a los
estudiantes estudiar en el extranjero, excepto en la Universidad de
Bolonia. Otro aspecto negativo es la excesiva burocratización que
instaura en la administración del Estado, centralizada desde Madrid,
su capital.
Política
interior:
Ha
de hacer frente a problemas como:
.
El Príncipe Don Carlos,
fruto de su primer matrimonio con María de Portugal, que murió de
parto, quería ser Gobernador de los Países Bajos, pero su padre no
lo creyó oportuno. La frustración le llevó a criticar abiertamente
y con sarcasmo a su padre. Uno de los rebeldes, el conde de Egmont
había estado en Madrid y había entrado en contacto con Don Carlos,
que planeaba escapar a los Países Bajos. Egmont fue capturado y
ejecutado en prisión, mientras Don Carlos fue internado en una
pequeña prisión del Alcázar de Madrid y allí murió en extrañas
circunstancias en 1568, lo que contribuyó a engrosar la “leyenda
negra” del monarca.
.
Guerra de las Alpujarras. Ya
en 1565 los turcos invadieron Malta y se producen frecuentes ataques
corsarios a las costas granadinas, llegándose a pensar que Granada
podía convertirse en cabeza de puente para una intervención
musulmana. La chispa
fue la idea de una nueva Pragmática por la que en un plazo de 3 años
tenían que aprender castellano, abandonar sus vestimentas, sus
apellidos moros, costumbres, etc. Una insurrección en la Nochebuena
de 1568 se extendió por las montañas de las Alpujarras. Fernando de
Valor y Córdoba tomó el nombre de Aben Humeya y dirigió el
movimiento que fue aplastado por Don Juan de Austria en 1570.
-
Antonio Pérez. Secretario
real, que por su traición había pasado 11 años confinado en
prsión, debido al asesinato
de Juan de Escobedo
(secretario y mano derecha de Don Juan de Austria, hermano bastardo
edel rey) escapó y llegó a Aragón en 1590 acogiéndose al
Privilegio de Manifestación, por el cual un hombre perseguido por
oficiales reales tenía el derecho de ser protegido por el Justicia
Mayor, en ese momento, J. De Lanuza.
Ambos tenían la intención de dirigir una revolución y convertir a
Aragón en una República bajo la protección de Francia. Estos
acontecimientos convencieron a Felipe II de enviar un ejército de 12
mil nombres al mando de Alonso
de Vargas.
Pérez, al ver que todo estaba perdido, huyó a Francia, y el
Justicia fue secretamente encarcelado y ejecutado. Por las Cortes
de Tarazona (1592),
Felipe II se reservaba la facultad de nombrar la Justicia Mayor de
Aragón.
En
1570, se casará por 4ª vez con Ana de Austria, del que nacerá
Felipe III.
Política exterior:
Convertido
en defensor a ultranza del catolicismo seguirá varias líneas como:
-
Francia. Un
año después de su ascenso al trono, Felipe tuvo que hacer frente a
una alianza francopapal (Enrique II de Francia- 1519-59 -Pablo IV) y
a una guerra que ganó en las batallas de San Quintín (1557) y
Gravelinas (1558). En 1558 muere Carlos en Yuste y también muere
María Tudor, dando al traste con la alianza entre España e
Inglaterra. Se firmaría la
paz de Cateau-Cambrésis
en 1859 que reflejaba el equilibrio de poder existente en Europa.
Francia renunciaba prácticamente a sus aspiraciones en Italia pero
recuperaba Calais, conservando Metz, Toul y Verdún.
Ese
mismo año Felipe II contrae matrimonio con Isabel de Valois, hija
del soberano francés. Le favorecía
“las guerras de religión”1547-98 (matanza de San Bartolomé en
1572)
que dividían a Francia, con una monarquía (hijos de Enrique II:
Francisco II, Carlos IX y Enrique II - “Guerra
de los Tres Enriques”-)
acosada por los Guisa (Liga católica dirigida por Enrique) y los
hugonotes (calvinistas liderados por Gaspar de Coligny). Hasta 1589,
sus armas fueron la diplomacia y la subversión. Se enviaron tropas
españolas en apoyo a los Gisa desde Flandes al mando de Alejandro
Farnesio, con el fin de plantear su reivindicación al trono francés
en la persona de su hija, Isabel Clara Eugenia. Pero no fue posible.
Muerto Farnesio en otra campaña en 1592, las perspectivas en Francia
eran cada vez peores. Al final será coronado Enrique IV (Enrique de
Navarra, de la dinastía de los Borbones) rey de Francia (1594), tras
haber vuelto al catolicismo, aunque estableciendo la libertad de
culto en el Edicto
de Nantes.
Declaró la guerra a Felipe II, que acabó con la Paz
de Vervins
en 1598,
para poder seguir luchando en los otros dos frentes: Países Bajos e
Inglaterra.
-
Frente al Islam. En
el Mediterráneo, España estaba a la defensiva desde la época de su
padre. Pero en 1566 moría Solimán el Magnífico y el impero otomano
quedó en manos del débil Selim II. Se firmó en 1571 la
Liga Santa
(Génova, Venecia y el papa Pio V), el cargo de comandante en jefe
recayó en Don Juan de Austria de 24 años, las dos flotas, turca y
aliada, se encontraron el 7 de octubre de 1571 en la
batalla
en la entrada del Golfo de
Lepanto,
donde la flota cristiana consiguió vencer de forma abrumadora
consiguiendo Túnez y Bizerta. El enfrentamiento seguiría hasta la
Tregua de 1581.
-
Países
Bajos. La
raíz del problema se encontraba en la existencia de una resistencia
de índole nacional a un monarca que pretendía gobernar los Países
Bajos desde España, que se añadía a la difusión del calvinismo,
que Felipe II no estaba dispuesto a consentir y las diferencias
religiosas del sur católicos (valones) y el norte, luteranos,
anabaptistas y desde 1563 calvinistas (los flamencos). Los decretos
del Concilio de Trento debían ser aplicados y la herejía castigada.
La respuesta de los calvinistas no se hizo esperar: asalto a iglesias
y destrucción de imágenes en agosto de 1566.
Felipe
II indignado decidió enviar al Duque
de Alba (1568-72)
a Flandes, el cual utilizó la crueldad para acabar con el
levantamiento. Muchos se declararon rebeldes, entre ellos los duques
de Horn, Egmont y el mismo príncipe Guillermo de Orange. Alba creó
el Tribunal de Tumultos y en 6 años se condenó a más de mil
personas a la pena de muerte. Entre los decapitados se encontraron
Horn y Egmont. Luis de Nassau y Guillermo de Orange intentaban
invadir, uno el norte y otro el sur del país, ambos fueron
derrotados por el duque de Alba.
Entre
1572 y 1576
sucedió al duque de Alba, Don
Luis de Requesens,
que tenía instrucciones de llegar a una paz negociada (“Perdón
General”).
Se
reanudaron las hostilidades y Felipe II designó a Don
Juan de Austria (1576-78) que
llama a los tercios a cuyo frente iba Alejandro
Farnesio.
En 1578 obtiene una amplia victoria sobre el ejército de los Estados
Generales y lo sustituye en el gobierno (1578-92).
Se creó la Unión de Arrás o Provincias Valonas del Sur (Flandes)
en 1579, y los calvinistas replicaron con la Unión de Utrecht o
Provincias Unidas del Norte (Holanda) en 1581. Pero el estatúder
Guillermo de Orange intentando una última maniobra ofreció la
corona a otro príncipe: el Duque de Anjou, hermano de Enrique III,
que aceptó. Alejandro Farnesio, que tuvo que luchar en Francia y
Flandes, murió en 1592 y Felipe II cedió la soberanía de los
Países Bajos al archiduque
Alberto y
a su
hija Isabel Clara Eugenia,
príncipes soberanos, pero rechazados por Holanda.
-
anexión de Portugal. En
1578 moría el rey Sebastián (hijo de Juan III y nieto de Manuel I)
sin herederos en la suicida campaña de Alcazarquivir. Felipe II,
ayudado por Cristobal
de Moura,
reclama el trono por ser hijo de Isabel de Portugal pero se opone a
él Don
Antonio Prior de Crato,
hijo ilegítimo de Manuel el Afortunado. Los tercios invaden el país
con el Duque de Alba, mientras que el Marqués de Santa Cruz y Don
Álvaro del Bazán se presenta con su flota en el Tajo. Don Antonio
huyó y en las Cortes de Tomar (1581), Felipe II fue nombrado rey de
Portugal.
Con
este hecho culmina la consecución de la unidad peninsular y de la de
los dos mayores imperios coloniales de la época.
-
Inglaterra.
En
1554, aún príncipe y viudo, contrae nuevas nupcias con María Tudor
“la Sanguinaria”, hija de Enrique VIII y Catalina de Aragón.
Tras
la muerte de María Tudor, alcanza la corona Isabel, hija de Ana
Bolena y de Enrique VIII. Hasta 1566 las relaciones entre Inglaterra
y España eran relativamente amistosas. Pero Isabel permitirá la
piratería inglesa (Drake y Hawkins) contra barcos españoles
cuestionando su monopolio colonial. Además, tropas inglesas
desembarcaron en Flandes en apoyo de los protestantes. Por
su parte, Felipe II apoyaba las sublevaciones de los irlandeses y
ponía las esperanzas de sustituir a Isabel por su prima María
Estuardo, reina de Escocia. En 1584 se rompieron las relaciones entre
España e Inglaterra cuando el embajador español en Londres
Bernardino de Mendoza fue expulsado por complicidad en la
conspiración de Throckmorton
para la liberación de María Estuardo y el derrocamiento de Isabel
I.
Isabel dio órdenes a Drake para llevar a cabo una represalia contra
España que hizo considerar a Felipe una invasión en toda regla
contra Inglaterra. La pieza clave del conflicto entre España e
Inglaterra fue el
desastre de la Armada Invencible en 1588.
España
preparó cuidadosamente la invasión de la isla con sus tercios, para
ello preparó la Armada Real, un total de 130 barcos y 22.000
soldados, dirigida por D. Álvaro del Bazán. Poco antes de partir,
su fallecimiento dejó la armada en manos del inexperto VII Duque de
Medina Sidonia, con un conjunto de barcos muy heterogéneo y de
distintas velocidades. El proyecto consistía en atravesar el Canal
de la Mancha y en los Países Bajos embarcar a los tercios de
Alejandro Farnesio, entonces desembarcar en Inglaterra. Fue un
fracaso ya que los buques ingleses eran más rápidos que los
españoles y estaban más unidos aunque en menor número. Pese a
ello, la flota arribó en Flandes, pero el embarque de los tercios
fue imposible, los rebeldes holandeses desde tierra y los barcos
ingleses desde el mar lo impidieron. Para colmo de desgracias una
tormenta hizo añicos varias naves, ante nuestras pérdidas el
retorno a España fue planeado bordeando las islas británicas por el
norte, fue otra mala decisión, el mal tiempo hizo presa a nuestra
armada, finalmente cuando llegó la flota a puerto se había perdido
cerca de la mitad de naves y soldados. Consecuencias: Yo envié a mis
hombres a luchar contra hombres, no contra los elementos.
ASPECTOS
POLÍTICOS
En
la extensa monarquía hispánica resulta clave
el
papel de las
instituciones
para su gobierno.
En
la
administración
central
debemos diferenciar el autoritarismo y centralismo castellano con el
pactismo o federalismo aragonés.
-
CONSEJOS:
Se
creó un sistema polisinodial, basado en una serie de consejos
territoriales (Castilla, Aragón, Indias-1524-, Italia- 1555-,
Portugal- 1582-, o Flandes-1589-) o ministeriales (de Órdenes
Militares, de Cruzada, de Hacienda, de Guerra y de Inquisisción).
Este sistema, estará coordinado por el Consejo de Estado, a partir
de 1526, y por las juntas a partir del s. XVII.
-
SECRETARIOS Y VALIDOS:
Fue
importante el papel de los secretarios con los Austrias Mayores
(Francisco de los Cobos con Carlos I y Mateo Vázquez o Antonio
Pérez con Felipe II) y de los validos con los Austrias Menores
(Duque de Lerma y Conde - duque de Olivares con felipe III y IV
respectivamente).
-
AUDIENCIAS Y CHANCILLERÍAS:
El
poder judicial quedó en manos de las Audiencias, unas de rango
superior como Valladolid y Granada, y otras secundarias como Sevilla,
La Coruña o Canarias. Como tribunal supremo quedaba el Consejo de
Castilla.
Las
Chancillerías se encargaban de la recaudación fiscal.
En
Aragón, estas instituciones convivían con el Justicia Mayor, y en
América, los virreyes tenían atribuciones fiscales y judiciales, e
incluso legislativas.
-
CORTES:
Eran
la representación del reino ante la monarquía pero, mientras en
Castilla quedaron reducidas a 18 provincias (dos procuradores cada
una), en Aragón tenían representación los tres estamentos:
nobleza, clero y un estado llano dirigido por la burguesía. Mientras
en la primera poseían un carácter meramente consultivo y
recaudatorio, en la segunda tendría una mayor potestad legislativa y
decisoria.
En
cuanto a la administración
territorial o local,
los monarcas se veían en la obligación de nombrar a representantes
en los diferentes territorios como:
- virrey (alter ego del monarca); cargo ocupado por “Grandes de España”, personas de confianza del rey, en amplias demarcaciones como Aragón, Navarra, Nápoles o las posesiones americanas (Perú y Nueva España),
- gobernador; en América bajo el poder del virrey, y máximo dirigente en otras zonas como Milán o Países Bajos,
A
nivel local aparecerán Adelantados, Merinos, Corregidores
(ayuntamientos) y Regidores o alcaldes mayores (municipios) en
Castilla; y Zalmedinas en Aragón, Bayles o Sobrejunteros en
Valencia, dirigidos por sus Fueros y Batlles o Vegueres en Cataluña,
liderados por el Consell de Cent y la Generalitat (usatges).
ASPECTOS
ECONÓMICOS
LOS
RECURSOS ECONÓMICOS DE LOS HABSBURGO
Las
arcas del estado de los Austrias fueron creciendo progresivamente,
sobre todo en el s.XVI, pero aún así, los gastos fueron siempre
mayores debido a sus múltiples empresas militares.
Los
ingresos procedían fundamentalmente de:
- metales preciosos llegados de América (Potosí y Zacatecas),
- subsidios votados por las Cortes de Castilla,
- impuestos como la alcabala, aduanas, “millones” en tiempos de Felipe II, etc,
- rentas abonadas por la iglesia (diezmo, excusado, etc) y las Órdenes Militares,
- venta de cargos públicos (venalidad),
- etc.
ASPECTOS ECONÓMICOS
Siglo
XVI:
En
el siglo XVI se vivirá una gran expansión económica favorecida por
el crecimiento de la población (7 millones).
Habrá
un crecimiento de la producción agraria con nuevas roturaciones y
con el predominio de la “trilogía mediterránea” (trigo, vid y
olivo) mientras que la ganadería también llegaría a su cénit con
la Mesta.
En
cuanto a la industria destaca la textil segoviana, la siderúrgica
vizcaína y los astilleros cántabros.
En
cuanto al comercio, aunque se mantiene el aragonés por el
Mediterráneo y el N. de África y el castellano por el atlántico
norte, destacará la “Carrera de Indias” con el monopolio
comercial de Sevilla (“Puerto y Puerta de Indias) entre 1503 y 1717
gracias organismos como la Casa de Contratación o el Archivo de
Indias.
La
llegada de oro y plata americana produjo una mayor circulación
monetaria provocando un fenómeno denominado por E.J Hamilton como
“Revolución de los Precios”, lo cual lleva a momentos de una
fuerte inflación y a la acuñación de moneda de vellón con muy
bajo valor.
ASPECTOS CULTURALES
En el siglo XVI se produce el auge de la Iglesia institucional, gracias a labor del
Concilio de Trento (1545 - 1563) y de la Contrarreforma católica.
Los erasmistas (herederos del Humanismo de L.Vives y de la influencia de
Erasmo de Rotterdam) e Iluminados, así como los conversos, se verán
fuertemente perseguidos por la Inquisición, sobre todo a partir del reinado de Felipe II.
La
ciencia
atravesará su peor momento debido al control que ejerce la
Inquisición sobre el pensamiento y sobre la investigación, lo que
impide que se pueda desarrollar el conocimiento científico.
En
arte:
En
arquitectura,
sobresale
Gil de Hontañón en el Palacio de Monterrey (Salamanca) en la
fachada de la Universidad de Alcalá de Henares, obras de estilo
Plateresco como el Ayuntamiento de Sevilla, de Diego de Riaño, el
Palacio de Carlos V en la Alhambra,
de Pedro Machuca y de purismo bramantesco, o
el Monasterio del Escorial (1563/1586) de J. de Herrera, en estilo
Manierista.
También
destacarán las catedrales de Jaén de Andrés de Vandelvira o la de
Granada, de Alonso Cano.
La
escultura
en madera
policromada
inicia el fructífero camino de la imaginería española, con dos
figuras sobresalientes, Alonso Berruguete, que representa el
manierismo de influencia italiana, y Juan de Juni, que representa el
manierismo de la “cuadratura”.
En
la
pintura
se pasa de la influencia flamenca e italiana (Rafael), a principios
de siglo, con Pedro de Berruguete, a la estilización y
espiritualización de las figuras durante el último tercio de siglo
con el manierismo del Greco (1541 - 1614) y su característico
alargamiento de las figuras.
La
creación literaria
tiene sus precedentes en el siglo XV, con figuras como
E. A. de Nebrija, autor de la primera Gramática
en lengua castellana en 1492, y Fernando de Rojas con La Celestina en
1499. En el siglo XVI destacarán otros como Garcilaso de la Vega,
Alonso de Ercilla (La
Araucana),
Juan Boscán, etc.
Aparecerán
libros de caballería como Amadis de Gaula, la picaresca
con el
Lazarillo de Tormes, de autor anónimo
y con el
Guzmán de Alfarache
de Mateo Alemán, y la mística de carácter religioso , con autores
como Santa Teresa de Jesús, Fray Luis de León y San Juan de
la Cruz.
Como
juristas aparecen Bartolomé de las Casas o Francisco de Vitoria,
padre del Derecho
Internacional (1512).
El
Humanismo
estará representado por
Juan Luis
Vives.
No hay comentarios:
Publicar un comentario